AUTORRETRATO
Elegí el blanco y negro porque me pienso bastante como luz y sombra, miro mis lados oscuros y también los luminosos. Fui borrando partes de mi cara, de mi cuerpo, tiñendolas de blanco, porque a veces juego a desaparecer un rato, a veces a propósito, a veces sin querer. Hice lo mismo con el fondo, con esa naturaleza que sale por atrás y en la que me puedo fundir, pudiendo entenderme como parte de ella.
Agregué una foto que saqué de un corazón que llevo de collar, que no me saco nunca. Lo agrandé y lo puse sobre el mismo lugar en el que lo tengo. Refiere al lugar que tiene la sensibilidad en mi vida, mi necesidad de escuchar al cuerpo y de comprender mis deseos.
Me paré frente a la cámara seria, cansada y con la cara pintada, como suelo andar estos días.
Las manchas alrededor de la imagen creo que forman parte de mi necesidad de agregar algo que complete la imagen, literal y conceptualmente. También las relaciono con algo más ansioso y la necesidad de refugiarme más cerca del corazón cuando la cantidad me abruma.
Noto también en el autorretrato algo ligado a la extrañeza, a la incomódidad. Me parece interesante cuando lo que miro me inquieta, me cuestiona, cuando no lo termino de entender. Así me siento conmigo a veces.
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