TEORICA - 14.05

El primer disparador de la clase se planteó con la pregunta de si una selfie es lo mismo que un autorretrato. Llegamos a la conclusión de que no. Para llegar a esa conclusión hablamos un poco de qué es lo que constituye a un autorretrato y dónde está lo que nos constituye a cada uno de nosotros. También pensamos a dónde se dirige esa fotografía, para quién, para qué. A fin de cuentas, un autorretrato es la manera que tenemos de hablar de nosotros mismos a través de una imagen y de reflejar la búsqueda interior que se plantea para conseguirla. Esto último creo que es lo que marca fuertemente la diferencia con una selfie, por demás posada y sin recorrido en ella, no habla de cada quien. A su vez un autorretrato invita a preguntas como qué es lo que pasa con nuestra propia imagen o qué se quiere hacer con eso, con un analisis que podría hasta vincularse con asuntos de la psicología. Hay vinculación, a su vez, con lo testimonial, ya que una foto de nos muestra hoy en día y queda como ttestimonio de quienes fuimos en algún momento. Escuchamos el mito de Narciso quien, por venganza de Eco, se enamora tan profundamente de su imagen que termina ahogandose por ver su reflejo en un lago. Lo vinculamos con el narcisismo, con la mirada hacia uno mismo y con los espejos. Vimos como los espejos forman parte de diferentes relatos y obras, tales como un cuento de Borges, de otras narraciones, de fotografías y hasta de pinturas. Muchos artistas de otra época, para verse reflejados en sus trabajos, comenzaron a pintarse sutilmente en reflejos de los escenarios que retrataban. Otros se dedicaron al retrato, tales como Frida Khalo, Rembrandt, Picasso, etc. Algunos se retrataban como se veían en el momento, como a modo de bitácora. Otros hacían de sus pinturas algo como un exsorcismo de sus sentimientos. Vimos también fotógrafos como Claude Cahun o Cindy Sherman con búsquedas y fotografías diferentes. Por ejemplo, la primera tenía un fuerte discurso y posicionamiento político y eso se ve reflejado en sus imágenes.